Los lubricantes y fluidos aseguran el correcto funcionamiento del vehículo al reducir la fricción, disipar el calor y transmitir fuerza dentro de los sistemas mecánicos e hidráulicos. Esta categoría abarca aceites de motor, fluidos de transmisión, líquidos de frenos, fluidos de dirección asistida, refrigerantes y grasas utilizados en el tren motriz, chasis y sistemas accesorios. Las formulaciones varían ampliamente en función de la viscosidad, los aceites base sintéticos/minerales y los paquetes de aditivos para cumplir con las especificaciones OEM y los requisitos de rendimiento. Las características técnicas clave incluyen las clasificaciones API/SAE, la compatibilidad de fluidos y la protección contra la corrosión, la oxidación y la degradación térmica. Mantener los niveles de fluido adecuados y realizar reemplazos periódicos es fundamental para la longevidad de los componentes y la eficiencia del sistema.