El líquido de frenos es un fluido hidráulico que transmite la fuerza desde el pedal de freno hasta los cilindros de rueda o pinzas, permitiendo la desaceleración del vehículo. Se utiliza en las líneas de freno, el cilindro maestro y en el mecanismo de frenado de cada rueda. Los líquidos de frenos modernos suelen estar basados en glicol-éter y se clasifican según las especificaciones DOT (DOT 3, DOT 4, DOT 5, DOT 5.1), que indican el punto de ebullición y la compatibilidad. Sus características clave incluyen un alto punto de ebullición para prevenir la formación de burbujas de vapor, baja compresibilidad para una sensación firme del pedal y la inhibición de la corrosión para proteger los componentes del sistema de frenos. Mantener el nivel correcto del líquido y respetar los intervalos de reemplazo regulares son fundamentales para un rendimiento y una seguridad óptimos en el frenado.