Los diferenciales y los engranajes principales constituyen el tren de transmisión final, transmitiendo la potencia del motor a las ruedas y permitiendo diferentes velocidades de giro durante las maniobras. Ubicados dentro de la carcasa del eje, estos componentes utilizan un conjunto de engranajes – incluyendo el piñón, la corona y los engranajes planetarios – para dividir el par y ajustar la velocidad de salida. Las relaciones de transmisión se especifican mediante un valor numérico, que indica la reducción de engranajes entre el piñón y la corona. Los diferenciales de deslizamiento limitado y los autoblocantes emplean embragues o mecanismos para transferir un mayor par a la rueda con mayor tracción. La metalurgia de los componentes y el tratamiento térmico son críticos para la durabilidad bajo cargas y tensiones elevadas.