La electrónica de transmisión abarca los sensores, actuadores y módulos de control que rigen el funcionamiento de las transmisiones automáticas y manuales, así como los sistemas de tracción total y a las cuatro ruedas. Estos componentes monitorizan parámetros como la velocidad del motor, la velocidad del vehículo, la posición del acelerador y la temperatura para optimizar la selección de marchas y la distribución del par motor. Las características clave incluyen electroválvulas controladas electrónicamente para la actuación hidráulica, sensores de velocidad de rotación para la retroalimentación y algoritmos cada vez más sofisticados para la calidad y eficiencia del cambio de marchas. Los sistemas modernos se integran con las unidades de control del motor y el control de estabilidad del vehículo para un rendimiento coordinado. Los componentes se ubican típicamente dentro de la carcasa de la transmisión, la caja de transferencia o los mazos de cableado asociados en todo el vehículo.