Las placas de presión son componentes críticos del conjunto del embrague de transmisión manual de un vehículo. Funcionalmente, aplican fuerza de sujeción al disco de embrague y al volante, facilitando la conexión y desconexión de la potencia del motor. Estas placas utilizan una serie de resortes robustos, típicamente helicoidales o de diafragma, para lograr cargas de sujeción consistentes y elevadas. Su construcción incorpora componentes de acero endurecido para garantizar durabilidad y resistencia al calor. Existen variaciones basadas en el tipo de resorte, la fuerza de sujeción y el número de estrías, para adaptarse a aplicaciones vehiculares y potencias de motor específicas. Su correcto funcionamiento depende de una alineación precisa y una presión de sujeción constante contra las superficies del disco de embrague y el volante.