Los compresores de aire para suspensión suministran aire presurizado a los resortes neumáticos del vehículo, manteniendo la altura de conducción y apoyando la nivelación de la carga. Típicamente integrados dentro del chasis del vehículo cerca del sistema de resortes neumáticos, estas unidades utilizan un diseño de pistón o paleta rotativa para generar presiones entre 150-250 PSI. Los componentes incluyen un motor eléctrico, bomba de compresor, depósito de aire (a menudo integrado) y sensores de presión para el control del sistema. Las unidades modernas frecuentemente incorporan control de velocidad PWM para la reducción de ruido y la eficiencia. Una falla se manifiesta como una caída sostenida de la altura de conducción, funcionamiento continuo del compresor o incapacidad para elevar el vehículo.