Los casquillos del brazo de control son componentes elastoméricos o de poliuretano instalados dentro del conjunto del brazo de control, conectándolo al chasis o subchasis del vehículo. Estos casquillos amortiguan las vibraciones y permiten el movimiento controlado de la suspensión, manteniendo la alineación de las ruedas y el confort de marcha. Se articulan con el brazo de control y el chasis mediante un diseño prensado o atornillado, acomodando el recorrido de la suspensión mientras resisten la deformación bajo carga. La dureza del material varía según la aplicación, influyendo en la precisión de la dirección y las características de ruido, vibración y aspereza (NVH). El fallo se manifiesta como ruidos de golpeteo, dirección imprecisa o desgaste irregular de los neumáticos, lo que requiere la sustitución del casquillo para restaurar la geometría y el rendimiento de la suspensión.