Los tapacubos son elementos cosméticos que se fijan al centro de la llanta, ocultando el conjunto de tuercas y la superficie de montaje de la rueda. Suelen fabricarse en plástico o metal y se aseguran mediante fricción, clips de retención o fijaciones específicas. Frecuentemente integran el logotipo del fabricante del vehículo o la designación del estilo de la llanta. Un ajuste preciso es fundamental, determinado por el diámetro de la llanta y la distancia entre los pernos. Existen variaciones con acabados en relieve o pintados, y algunos diseños incorporan elementos disuasorios contra el robo. Contribuyen a la estética de la rueda y protegen contra la entrada de suciedad y residuos.