El aceite de transmisión, también conocido como fluido para transmisión automática (ATF), es un lubricante especializado diseñado para su uso en el entorno sellado de las transmisiones automáticas y algunas manuales. Su función principal es transmitir presión hidráulica para acoplar engranajes y embragues, lubricando simultáneamente las partes móviles para minimizar el desgaste. Las formulaciones modernas incorporan mejoradores del índice de viscosidad, modificadores de fricción y detergentes para mantener un rendimiento constante en todas las temperaturas de funcionamiento y prevenir la formación de depósitos. Se designan tipos específicos de ATF según los estándares del fabricante (por ejemplo, Dexron, Mercon, ATF+4) que dictan la compatibilidad y las características de rendimiento. Están disponibles formulaciones a base de aceite sintético y mineral, que varían en estabilidad térmica y vida útil.