Las mangueras y tubos de admisión conducen fluidos –típicamente refrigerante, aire o aceite del turbocompresor– a componentes críticos del motor y la transmisión. Estos elementos se encuentran en todo el vano motor, conectando el radiador, la bomba de agua, la carcasa del termostato, el turbocompresor y el colector de admisión. Construidos con caucho reforzado, silicona o plástico, resisten altas temperaturas, presiones y la exposición química a los fluidos automotrices. Revestimientos internos y capas de refuerzo embebidas previenen el colapso, la permeación y mantienen la velocidad del flujo de fluidos. Los métodos de conexión incluyen conexiones de espiga, abrazaderas de compresión y acoplamientos de conexión rápida, garantizando un funcionamiento sin fugas. El ajuste adecuado y la compatibilidad de materiales son cruciales para mantener un rendimiento óptimo del sistema y prevenir fallos.