Las mangueras de combustible están diseñadas para transferir de forma segura el combustible desde el tanque de combustible hasta el motor, y a lo largo de todo el sistema de combustible. Construidas con materiales resistentes a la gasolina, el etanol y el combustible diésel, estas mangueras mantienen la presión y evitan fugas bajo temperaturas y condiciones de conducción variables. Capas de refuerzo, típicamente textiles o de aramida trenzadas, proporcionan resistencia a la rotura y a la formación de dobleces. Las mangueras de combustible modernas a menudo incorporan propiedades de disipación estática para minimizar el riesgo de chispas. Se utilizan tanto en las líneas de suministro como de retorno, así como en las conexiones a los filtros de combustible, los conductos de combustible y los sistemas de recuperación de vapores.