Las tuberías y conductos de aire suministran aire comprimido a los sistemas del vehículo, principalmente para frenado, suspensión y recirculación de gases de escape. Estos componentes constan de tubos reforzados de caucho, nailon o metal, que a menudo incorporan conexiones de rápido acoplamiento y curvas especializadas para el enrutamiento. Los materiales se seleccionan por su resistencia a temperaturas extremas, aceites y abrasión. Las variaciones específicas del sistema incluyen líneas de freno de alta presión con refuerzo de acero y líneas de suspensión neumática duraderas y flexibles. La instalación adecuada y las conexiones herméticas son esenciales para la seguridad funcional y la longevidad de los componentes.