Los compresores de aire generan y almacenan aire comprimido utilizado por los sistemas de suspensión neumática de los vehículos para mantener la altura de conducción y controlar el movimiento. Estas unidades constan de una bomba compresora, un motor eléctrico, un depósito de aire y un sistema de control de presión. Los compresores se montan típicamente cerca de los fuelles neumáticos y son controlados por la ECU del vehículo. Las características técnicas clave incluyen el caudal volumétrico (CFM), la presión máxima, el ciclo de trabajo y el tipo de conexión eléctrica. Las unidades modernas a menudo incorporan protección contra sobrecarga térmica y capacidades de diagnóstico para la identificación de fallas en el sistema.