Los filtros de partículas diésel (FPD) son dispositivos cruciales de control de emisiones instalados en los sistemas de escape de los motores diésel. Funcionan atrapando las partículas sólidas (hollín) de los gases de escape, reduciendo significativamente las emisiones nocivas. Los FPD utilizan una estructura de panal de cerámica para maximizar la superficie de filtración. Los ciclos de regeneración, ya sean pasivos o activos, queman el hollín acumulado, restaurando la eficiencia del filtro. La construcción suele incluir una carcasa de acero inoxidable y sensores de temperatura para monitorizar el estado del filtro y activar la regeneración. Los FPD modernos a menudo se integran con la unidad de control del motor (ECU) para un rendimiento optimizado y la detección de fallos.