Las varillas de aceite se insertan en el cárter de aceite del motor para medir el nivel de aceite, siendo generalmente accesibles desde el compartimento del motor. Su construcción emplea un vástago calibrado con marcas que indican los niveles mínimo y máximo de fluido. La punta incorpora un anillo de sellado o brida para evitar fugas de aceite a través del tubo guía. Muchos diseños incluyen un mango para facilitar la extracción e inspección, y algunos presentan una superficie limpiadora para asegurar lecturas precisas. Los materiales empleados son comúnmente acero, acero inoxidable o polímeros de alta temperatura, resistentes a la degradación por el aceite del motor y el calor.