Las tapas de motor son componentes no estructurales fijados al exterior del motor, fabricados típicamente en plástico moldeado o aluminio fundido. Su función principal es reducir el ruido del motor, mejorar la estética y proteger los componentes de suciedad y el contacto directo con fluidos. Los diseños varían significativamente según la aplicación del vehículo, incorporando frecuentemente conductos de admisión de aire integrados o depósitos de rebose del refrigerante. El montaje se realiza mediante tornillos, clips o una combinación de ambos, fijados a los puntos de anclaje existentes del motor o a las superficies del colector de admisión. Algunas tapas incluyen propiedades de aislamiento térmico a través de la selección de materiales o barreras térmicas integradas. Un ajuste adecuado y una fijación segura son cruciales para prevenir vibraciones y posibles daños a los componentes subyacentes.