Los tapones de drenaje sellan las aberturas en los cárteres de aceite, bloques de motor, radiadores, transmisiones y diferenciales para retener los fluidos. Fabricados típicamente en acero o aluminio, emplean un diseño roscado para una instalación y extracción segura durante los procedimientos de vaciado y llenado de fluidos. Una arandela de sellado, frecuentemente de cobre, aluminio o material polimérico, asegura una conexión hermética. Existen variantes como los tapones de drenaje magnéticos, diseñados para capturar partículas ferrosas, y los tapones de drenaje de alcance extendido para cárteres de aceite modificados. El cumplimiento de la especificación de torque correcta durante la instalación es fundamental para evitar fugas o daños en la superficie de contacto.