Los volantes son discos rotatorios pesados conectados al cigüeñal del motor, almacenando energía rotacional para suavizar la entrega de potencia y superar las irregularidades de la combustión. Se utilizan principalmente en trenes motrices de combustión interna y en algunos vehículos eléctricos, manteniendo la velocidad del motor entre los ciclos de potencia. Las características clave incluyen una superficie maquinada con precisión para el acoplamiento del embrague, una corona dentada para la interacción con el motor de arranque y un equilibrado de pesos para minimizar las vibraciones. Los materiales comúnmente incluyen hierro fundido o acero, mientras que los volantes de doble masa incorporan elementos de amortiguación por fricción para la reducción de ruidos, vibraciones y aspereza (NVH). Algunas aplicaciones utilizan diseños de flexplate en transmisiones automáticas, integrando la fijación del convertidor de par.