Las luces antiniebla son dispositivos de iluminación auxiliares montados en la parte baja del frontal del vehículo y, a veces, en la parte trasera, para mejorar la visibilidad en condiciones de visibilidad reducida como niebla, nieve o polvo. Estas luces utilizan una posición de montaje baja y un patrón de haz amplio y plano para minimizar el deslumbramiento y la reflexión de la luz en gotas de agua o partículas. Las carcasas suelen estar construidas con polímeros o metales duraderos y utilizan tecnologías de bombillas halógenas, LED o HID. Las luces antiniebla modernas a menudo se integran con el sistema eléctrico del vehículo y pueden ser conmutables o activarse automáticamente con otras funciones de iluminación. La correcta alineación del haz es fundamental para la funcionalidad y para evitar interferencias con el tráfico que se aproxima.