Los sensores de presión de aceite monitorizan la presión del aceite del motor y transmiten estos datos a la unidad de control del motor (ECU) o al panel de instrumentos. Habitualmente, se roscan en el bloque del motor o en la galería de aceite, y utilizan un elemento piezoeléctrico o un sensor de deformación para convertir la presión en una señal eléctrica. Las señales de salida son comúnmente voltaje analógico, modulación por ancho de pulsos (PWM) digital o datos seriales, variando según el fabricante y la aplicación. Los sensores modernos a menudo incorporan compensación de temperatura para lecturas precisas en todos los rangos de funcionamiento. Una falla puede resultar en lecturas inexactas de la presión del aceite, activando luces de advertencia o potencialmente causando daños al motor si no se aborda.