Los retrovisores exteriores, también conocidos como espejos laterales, proporcionan al conductor información visual sobre las áreas adyacentes y posteriores al vehículo que no son visibles a través del parabrisas trasero. Estos conjuntos se montan externamente a ambos lados del vehículo, típicamente en el montante A o en la puerta. Sus características principales incluyen la carcasa, el espejo reflector (a menudo convexo para un campo de visión más amplio) y un mecanismo de accionamiento para el ajuste remoto. Las unidades modernas integran frecuentemente indicadores LED y elementos calefactores para mejorar la visibilidad. Algunos diseños incorporan componentes del sistema de monitorización de ángulo muerto y funcionalidad de plegado eléctrico para facilitar el estacionamiento. Los robustos soportes de montaje y los materiales resistentes a impactos son críticos para cumplir con las normativas de seguridad del vehículo.